15.4.15













Secundum Capitulum.
Segundo capítulo.

1. Or no ha pas grant teins que illi ereit en oreiſon apres matines, et comencevet regarda en ſon livro aſſi come illi aveit acotuma. Quant illi ne s'en prit garda oy li ſenblanz que li livros ſe uvrit, loqual illi non aveit unques veu manques defor.

1. No  mucho tiempo después, ella se hallaba en oración luego de maitines y comenzó a apreciar su libro tal como lo acostumbraba. De pronto, sin que se lo esperase, sucedió que el libro se abrió; siendo que no había visto nunca sino su exterior.

2. Cit livros fut dedinz aſſi come uns beauz mirors et no hy aveit fors que due pages. De co que illi vit dedenz lo livro, io ne vo conteray pas mout quar io no hay cor qui lo puit penſar, ne bochi qui lo ſout deviſar. Tot ades io vos direy alcon petit ſi Deus me donet la graci.

2. Este libro era en su interior tal como un hermoso espejo y no tenía sino dos páginas. Y de lo que ella vio en el interior del libro no podré decir mucho, pues yo no tengo un corazón que lo pueda concebir ni boca que lo pueda expresar. Pero te diré todo aunque sea poco, si es que Dios me concede la gracia.


En el transcurso de su rutina cartujana -que quizás para las mujeres de afuera habría sido un automatismo recargado, pero para las de adentro resultaría en un hermoso rítmo cíclico-, Marguerite llegó inesperadamente el instante de su floración espiritual. Se trata de un momento inconcebible e indescriptible para ella. ¡Cuánto más no habrá sido el estadio mismo de su dulce maduración! Es Cristo quien conduce las estaciones celestes y es solo él quien conoce los tiempos de floración de cada alma.

Notemos que el libro del Maestro, su manuscrito intraevangélico, se nos revela como una edición muy original. Pues mientras en su exterior se halla escrito el total de su biografía, su interior no posee sino dos límpidas páginas en las que no hay nada escrito pero en las que se ha inscrito todo. La externa grafía multicolor del evangelio conduce al alma otro lado del prisma, en donde se halla la suprema fuente de luz.


3. Dedenz cet livro appariſſeit uns lues delicious, qui eret ſi tres granz, que toz li monz no en que un po de choſa a regar de cen. En cel lua appariſſeit una tres glorioſa lumeri, que ſe devisavet en tres parties, aſſi come en tres perſones, mays de co ne fait a parlar de bochi de home. De inqui ſaliunt tuit li bin qui poont etre. De inqui ſaleit li varay ſapienci per la qual totes choſes ſont faytes et crees, inqui eret li puyſſanci a la cui volunta totes choſes ſen enclinont. De inqui ſayleit una ſi granz doucors et una ſi granz refections que li anges, et les armes eſtiant ſi repayſſues que eles ne poent outra co deſirra nient. De inqui iſſit una odors que eret ſi tres bona que illi traſet totes les vertuz del Ceuz aſſey. De inqui ſaleyt uns ſi tres granz embraſſamenz d'amour, que totes les amors qui ſont en ceſt mundo no sont ma ques una granz amaritudina au regart de cel amo[r]ur. De inqui ſalleyt ſi tres granz joys que cors d'ome ne lo porit penſar.

3. En el interior del libro apareció un lugar delicioso que era muy vasto; todo el mundo no es sino poca cosa en comparación. En ese lugar había una muy gloriosa luz que se dividía en tres partes, y en tres Personas. Pero de eso no ha de hablar la boca del hombre. De ahí provenía todo lo bueno que pueda existir; de ahí provenía la verdadera sabiduría por medio de la cual todas las cosas han sido hechas y creadas; de ahí provenía el poder a cuya voluntad toda cosa se inclina; de ahí provenía una dulzura y consuelo tan grandiosos que satisfacía tanto a los ángeles y a las almas que éstos no podían desear ninguna otra cosa más; de ahí provenía un perfume que era muy agradable y que portaba todas las virtudes de calidad celestial; de ahí provenía tal emisión de amor, que -en comparación- todos los amores de este mundo no son sino una gran amargura; de ahí provenía una alegría tan grandiosa que el corazón del hombre no la puede concebir.


Ese divino libro abierto –que fácilmente podría contener a todos los libros de la humanidad- se describe como el portal a una asombrosa dimensión transevangélica que posee un luminoso y enigmático núcleo tripartito. Es desde este centro que fluye y se organiza todo cuanto existe; de ahí surge todo cuanto hay de bondad, sabiduría, poder, dulzura, perfume, amor y alegría. Son siete atributos que Marguerite resalta en su intuición de la Trinidad.


4. Quant li angel et li ſaint regardont la grant beuta Noſtri Segnour, et il ſintont la bonta et ſa tres grant doucour il ant ſi tres grant ioy que il no ſe pont tenir de chantar mays fant una cha[n]con tota novella qui eſt ſi douci, que co eſt una granz meloudi. Ciz douz chanz s'en veit per toz les ordenz des angels et de ſayns dey lo primyer tant que au derrier. Et ciz chanz no eſt plus tot fenis que il en fant un autre tretot novel. Et ciz chanz durera ſeins fin.

4. Cuando los ángeles y santos contemplaban la gran belleza de Nuestro Señor y sentían su bondad y su grandiosa dulzura, obtenían una alegría tan vasta que no podían dejar de cantar; pero se trataba de una canción totalmente nueva y que era tan dulce, que resultaba en una gran melodía. Ese dulce canto se apreciaba en todas las órdenes de ángeles y santos, desde la primera a la última. Y ese canto no terminaba por completo, pues luego daba lugar a otro totalmente nuevo. Este canto jamás tendrá final.


En aquella asombrosa dimensión, la totalidad de sus habitantes se dedica a tres actividades principales dirigidas hacia su fuente suprema: la contemplación de su belleza, la recepción de sus influjos, y la alabanza de su gloria. Y la cualidad de esta última también es propia de las anteriores: una renovación cíclica y eterna.

Notemos que estas actividades aluden a tres acciones que desde sus inicios han tenido lugar en la vida cartujana: la contemplación, dentro de la lectio divina; la recepción de la gracia infusa, dentro de la intimidad devocional; y la alabanza, dentro del oficio divino. ¿Será que la priora de Poleteins quiso expresar que la vida en la cartuja es ya un preludio de la vida eterna? Su mensaje con intencionalidad estimuladora, ¿es también una traviesa invitación vocacional?


5. Li ſaint ſerant dedenz lor Creatour tot aſſy com li peyſſon qui ſont dedenz la mar qui beyvont toz iors a plein, ſeins enoer et ſeins l'ayguy amermer. Tot aſſi ſeront li ſaint, quar il bevrant et mengirant la grant doucour de Deu. Et tant com il plus en recevrent et il plus grant fayn en et arent. Et citi doucors ne ſe pot decreytre aſſi po et mens que li ayguy de la mar. Quar tot aſſi com li fluyvo ſallont de la mar tuit et tuit y retornont, tot aſſi li beuta Noſtron Segnour et li doucors, cum bein que illi ſe expandet a tot, illi retornet toz iors a luy, et per co ne pot illi ia mays deſcreytre.

5. Los santos vivirán en su Creador por siempre, tal como los peces que viven en el mar y que todos los días beben siempre del mismo, sin cesar y sin hacerlo disminuir. Así serán los santos, pues beberán y mantendrán la grandiosa dulzura de Dios; y mientras más la gusten, mucho más la necesitarán. Y tal dulzura no puede decrecer, así como no lo hacen las aguas y las olas del mar. Pues así como los ríos salen del mar continuamente y luego regresan a él, así también sucede con la belleza y dulzura de Nuestro Señor, que se expanden a todo [lo que existe] y luego retornan todos los días a él. Y es por eso que jamás disminuirán.


Este párrafo contiene una doble metáfora. El Señor está presente en los peces y en los ríos, entre quienes solo lo contemplan y entre quienes también salen a irrigar con su palabra. ¿Cómo reconocer al pez que vive solo en Dios o al río que ha surgido de él y vuelve al mismo? Por su noble conducta; por el aura de dulzura y de belleza en sus tratos. Dos características del comportamiento de un cartujo que no anulan, por supuesto, los matices propios de cada personalidad. ¿No habrían sido estas cualidades las que distinguieran la noble alma de esta escondida cartuja lionesa?


6. Certes ce li ſaint ne fayſiant ia mays que penſar la grant bonta de luy, ſi no porriant-il pas perfaytament penſar la tres grant charita per la qual li tres bons Sires enviet lo benoit Fil en terra. Or penſas que en luy ha d'autres biens avoy cetuy, il eſt tra totes choſes que l'on pot penſar ne deſirar en toz ſos ſains. Et co eſt li eſcriptura qui eret eſcripta el premier fermel del livro ou aveit eſcrit, Deus erit omnia in omnibus.

6. En verdad, si los santos no hiciesen sino pensar en la gran bondad de Aquel, no podrían concebir a la perfección la grandiosa caridad por la que el muy bondadoso Señor les hubo enviado a su bendito Hijo a la tierra. Pero mira que en él existen todavía otros bienes escondidos, y sobrepasan todo lo que uno pueda concebir o desear en todos sus santos. Y este es el sentido de lo escrito en el primer precinto del libro, con la inscripción: Deus erit omnia in omnibus.

7. Et el ſecond fermel del livro, aveit eſcrit, Mirabilis Deus in ſanctis ſuis, Deus eſt miravillous en ſos ſains. Oy non eſt cors d'ome qui poit penſar com Deus eſt miravillous en ſos ſains.

7. Y en el segundo precinto del libro estaba escrito: Mirabilia Deus en sanctis suis, Dios es maravilloso en sus santos. No existe corazón humano que pueda concebir cuán maravilloso es Dios en sus santos.


Dios continua desglosando los misterios de su Hijo en el interior de sus bienaventurados, y desea que éstos sigan desplegándolos sobre los seres humanos. Pero la suma de lo que ellos puedan manifestar no es ni será nunca sino una mínima partícula de la totalidad que es nuestro primordial origen y al que hemos de regresar. 

Marguerite expresa concisa, velada y gozosamente lo que ha de haber sido su prolongada experiencia visionaria; una que estuvo en estrecha relación con su itinerario cartujano y con su proceso de maduración en la santidad.

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Fuente: Philipon, E. (1877). Ouvres de Marguerite d’Oyngt, prieure de Poleteins, pp. 35-48; Lyon, N. Scheuring.


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